viernes, 26 de febrero de 2010

CUENTAN QUE UN.......

Cuentan que un día, que pasó, que fue, que aquello.
Me contaba mi abuelo, que una vecina hablaba demasiado y un día dijo. Tenía una gallina con doce huevos y me saco doce pollos y añadió, y eso que no estaba yo, que si llego a estar saca trece. Otra vez dijo. Pasando el río se nos resbaló el burro en el hielo, y añadió, bien presente lo tengo, era el mismo día de Santiago
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Después de  la muerte de un vecino, la costumbre era rezar el rosario nueve días seguidos. Una vez que se se rezaba el rosario, la oradora dijo, recemos un padre nuestro por la que lo tenga más fresco, Y quedó el refrán.
Otro contaba que su hijo se había comparado un linterno, pero que lo peor era el pilo.



Bromas aparte amigos. Cuanto se puede escribir de un cortijo, seguramente mucho. alomejor un libro.
Por algo empezaremos. Hoy me acuerdo de la tranquilidad que reina en un cortijo si la comparamos con las ruidosas ciudades en las que vivimos.
En un cortijo, no hay lugar para el aburrimiento porque siempre hay oficio. Pero lo que se hacia tenía la ventaja de no ir acompañado del rítmico reloj. En un cortijo se trabajaba sin horario, el sol marcaba los acompasados tiempos. Pero, de lo que más nos acordamos los que hemos vivido en un cortijo y peinamos canas es de la tranquilidad y del silencio que se disfrutaba. Cuanto daríamos ahora por un espacio sin ruidos, una jornada sin citas programadas y sin horarios...............

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domingo, 14 de febrero de 2010

fotos de los casares

http://picasaweb.google.com/santanoalcoy/NieveEnLosCasares#

LAS 11 PEDANÍAS DE NERPIO


HISTORIAS DE UN CORTIJO CUALQUIERA-- POR MARIANA HERNANDEZ


CORTIJOS.
Los 43,5 km2 de Nerpio dan para mucho, bellos paisajes montañosos, muchas fuentes, un río importante, nuestro famoso patrimonio cultural. Y muchísimos rincones en los que encontramos sus 280 cortijos, cada uno con su propio nombre y su pequeña historia. Cada cortijo tuvo en su época de esplendor su fuente, su era de trillar con su olmo, su horno de pan, y hasta su piedra para picar el esparto,
Hace menos de un siglo, la mayoría de los habitantes de Nerpio residía en los cortijos. Aquellos tiempos fueron difíciles, pero fueron años en los que la solidaridad entre unos y otros llenaba de alegría la penosa vida en un cortijo, sobre todo si este estaba alejado del pueblo. Años en los que se compartía la era de trillar, los aperos de labraza, el horno de pan......Años con otro clima, grandes nevadas que pusieron en riesgo la vida de los vecinos, aunque por aquellos años se pasaba con lo que se tenia guardado, lluvias intensas que impedian cruzar el río. Años en que los bancales estaban bien cultivados, las acequias limpias, y los corrales bien conservados. Años en que se hacían todos los trabajos de campo con mulas burros y vacas. Y años con los montes más limpios porque había que calentar la casa y cocinar con leña.
Tiempos, en que el trabajo en un cortijo consistía en labrar, sembrar, trillar, ir a por leña, guardar y cuidar el ganado, hacer carbón, hacer cal, hacer tejas, tejer, remendar, ir a por gamones una o dos veces al año, amasar cada 15 días, hacer la matanza, coger esparto…..
Aquellos cortijos eran visitados periódicamente por el molinero, el barbero, el arriero, el aceitero, el plantero, el tío de las brevas, el hojalatero el esquilador o el herrero.
Quedaba poco tiempo libre, pero el suficiente para juntarse a bailar por la noche en cualquier casa, juntarse para jugar una partida de bolea, o para ayudar al vecino a descascarar las nueces o encerrar la paja.
Hoy los tiempos han cambiado, pero casi todos los descendiente de Nerpio tuvimos un antepasado que vivió en uno de estos cortijos hoy abandonados. En nuestra memoria, debemos retenerlos y disfrutar respetuosamente de tantos rincones con encanto, lugares en los que un día hace muchos años empezaron a construir un cortijo.
Un cortijo, simplemente, pero importante. Ahora vemos que hemos perdido mucho con el abandono de la vida en un cortijo, sabiduria popular y buenas costumbres. Ahora quedan pocos vecinos que animen las aldeas, ya no vamos a misa los domingos, ya no compartimos los aperos, ya quedan muy pocos y la televisión ha sustituido la conversación.
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POR MI AMIGA MARIANA.


I-  NERPIO Y SU COMARCA: SUS HOMBRES Y MUJERES.




Hola amigos: Soy la hija de Aniceto, el hombre que, durante tantos…tantos años, fue vuestro pedaneo.

¿Me permitís entrar en vuestro espacio? Os lo agradezco. Me gustaría hablar de Nerpio, de Pedro Andrés, de mi tierra en suma, el lugar donde están mis raíces.

Ocurre a veces- cuando entro en alguna página de Nerpio- que me sorprendo a mí misma, pensando ensimismada, en sus gentes, en mi infancia y adolescencia felices…Y como no en mi padre, en mi buen padre. Y una inmensa alegría y gratitud, me invaden toda.

Sin embargo, el verdadero motivo por el cual estoy escribiendo, no es para hablar de mí, ¡Dios me libre!, sino para hablar de mis conciudadanos, de mi Nerpio, de mi aldea.

Empecemos pues, por sus hombres. Veamos:



Los hombres de Pedro Andrés.



Se trata de de unos grandes luchadores. Basta con observar sus manos encallecidas por el uso de la azada; sus rostros rugosos por el sol; sus cuerpos encorvados por el esfuerzo; sus ojos que,- sin pronunciar palabra alguna-, tantas cosas pueden expresar: Preocupación, alegría, esperanza, tedio…En fin, tantas y tantas cosas…



Y de sus mujeres¿ Qué cosas podemos decir?



Entiendo que sus mujeres son personas que aman; son personas que sufren y precisamente porque aman y porque sufren, es decir, como consecuencia de ello, luchan.

Luchan por su economía; por el bienestar material, físico y emocional de los suyos; por ir escalando peldaños en su crecimiento como personas de bien y tantas, tantas cosas más…Lucha no exenta de verdaderas dificultades.

Entiendo, no obstante, que a pesar de sus condiciones de vida, a veces no muy gratas, conservan esa armonía interior propia de las personas sencillas, buenas y sin grandes pretensiones.



Pedro Andrés…! Rincón manchego de la provincia albacetense, quizá alejado, quizá olvidado y, -en algunos aspectos- no bien tratado. Sin embargo, es un lugar que (dado el coraje de sus habitantes) merece ser tenido en cuenta.



Pedro Andrés…! Pequeño pedazo de cielo, bajo el cual, resulta sumamente fácil recobrar la armonía interior perdida, desaparecida entre los avatares propios de la vida en las grandes ciudades.



Pedro Andrés…!



Refugio para desaparecer,

Espacio donde meditar,

Albergue donde renacer,

Morada donde reposar.



Cieza, Enero de 2009



Hija de Aniceto
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II-  La Dehesa: Vivencias para el recuerdo.



Ubiquémonos en un entorno rural tradicional cualquiera. En una época en que todavía la agricultura y ganadería gozaban de cierto esplendor.


En un momento en que el fenómeno de la industrialización del país empezaba a instaurarse.


Cuando todavía los coches estaban reservados a personas de esfera social elevada.


Cuando las personas de clase obrera tenían que utilizar las yeguas y asnos para sus desplazamientos, entre los distintos pueblos y aldeas.


Cuando los hombres cultivaban el trigo – en frondosos bancales- que posteriormente serían triturados en el molino harinero, para convertirse en alimento, en forma de pan.


Cuando las mujeres amasaban el pan derivado de tal proceso, y que cocían convenientemente en sus hornos de leña.


Me viene a la memoria una hermosa tarde de finales verano. El sol cubría tenuemente toda la extensión que abarcaban los ojos, y una suave brisa acariciaba nuestros rostros.


Mi padre y yo, pues, nos hallábamos en lo alto de una colina, frente a las hermosas tierras de La Dehesa (Nerpio) que,_ serpenteadas por estrechos senderos _ comunicaban unas propiedades con otras.


A lo largo y a lo ancho del espacio, se divisaban numerosas acequias, que conducían el agua destinada al riego de los distintos bancales.


Las plantas, cosechas y arboledas, lucían en todo su apogeo, presentando un paisaje esplendoroso, que irradiaba una sensación indescriptible de paz y armonía, invadiendo el entorno en su conjunto.


En tan adecuado escenario, los hombres y mujeres de La Dehesa iban desarrollando sus distintas actividades agrarias, cada cual en su territorio correspondiente.


De tal forma se sucedían, que en un bancal cualquiera se divisaba un hombre acompañado por su mujer, regando su cosecha.


Allá, más a la derecha, un par de mulas tiraban del arado, que diligente conducía el varón. Detrás, la buena esposa iba depositando las semillas en la tierra, previamente preparada para tal fin, y que posteriormente darían sus frutos.


En el otro extremo, allá a lo lejos, parecía adivinarse la figura de una mujer, cubierta por larga falda y pañuelo a la cabeza, para protegerse del sol. También parecía afanada.


La tarde, pues, avanzaba lentamente y el sol exhalaba sus últimos rayos. Estos rielaban sobre las mansas aguas de alguna acequia, que seguían su curso, silentes. Dado lo avanzado de la tarde, nos disponíamos a regresar a casa, no sin antes recrearnos en el espectáculo que se ofrecía ante nuestros ojos.


¡Pareciese el entorno a un pequeño paraíso! ¡Tal era la percepción! Sin embargo, el decorado no desmerecía, en absoluto, al factor humano, a la calidad y valores de los moradores de La Dehesa.


Es un hecho que igualmente podría pasar – y de hecho pasa – con los habitantes de Chorretites, por ejemplo. Se trataba – y se trata – de personas amables, sencillas, hospitalarias. Capaces de ofrecer su ayuda a cualquier vecino, visitante o transeúnte que la precisen, en un gesto de franca diligencia.


Puedo dar fe de ello, por lejana y propia experiencia y, desde luego, supone un motivo de orgullo para mí poder hablar en estos términos de mi tierra, de mis orígenes, de mis gentes.






Cieza, 2010-05-05






Hija de Aniceto


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III-    MUNDO RURAL: ALGO DE HISTORIA.




Retrocediendo en el tiempo y en el espacio y antes de ocuparnos en el tema que nos va a ocupar, quizá convendría recordar que los españoles fuimos emigrantes.


A partir de los años 40, fueron muchos los españoles que tuvieron que marcharse a América.


Posteriormente, una considerable avalancha de españoles partieron hacia Europa.


Finalmente, dentro de nuestro propio país y durante los años 60, fueron muchos los nativos que abandonaron su ligar de origen, para instalarse- temporal o definitivamente- en otra región de España. Lo hacían, lógicamente, en busca de mejores condiciones de vida.


Este hecho se produjo, sobre todo, EN EL MUNDO RURAL y dentro del mismo, tanto en los pequeños como en los medianos asentamientos.










ACTIVIDADES DENTRO DEL CONTEXTO DEL MUNDO RURAL:










Tradicionalmente, la actividad desarrollada en los pueblos españoles (y dependiendo del espacio territorial que nos ocupe) está asociada a la explotación:


• La ganadería.


• La pesca.


• La minería.


• La agricultura.






Desde tiempo inmemorial, la mujer del mundo rural a contribuido embargo, una serie de factores, poco afortunados, han contribuido


a la fragmentación y transformación del mundo rural en su origen, dando lugar, - a causa de ello- a la nueva realidad de las zonas rurales de España.










FACTORES TRANSFORMADORES:






Los factores que básicamente han contribuido a la transformación del mundo rural, han sido los siguientes:






1. Despoblación.


2. Mercado internacional de los productos agrarios.


3. La crisis del crecimiento industrial.


4. La revalidación de los espacios naturales.


5. Los transportes mecánicos, etc, etc.










LA DESPOBLACIÓN:






En los años 60, la industrialización del país hizo acto de presencia. Al mismo tiempo, un gran número de agricultores (por cuenta ajena y cuenta propia) deciden abandonar el campo. Es la consecuencia directa de los escasos medios, de lo sacrificado de la profesión y el hecho de no ver compensados sus esfuerzos.


En busca de mejores condiciones de vida, gran parte de la población rural emprende un éxodo hacia el mundo urbano, y lo hace desde los distintos pueblos de España. Caminan pues, en busca de un mundo industrializado. Este hecho constituye la causa inmediata de la despoblación.






MERCADO NACIONAL DE LOS PRODUCTOS AGRARIOS:






Con la entrada de nuestro país en la CEE, parte de nuestra soberanía pasa a los órganos comunitarios y perdemos autonomía en política agraria. Ello es causa directa de una crisis de adaptación del mundo rural español, en un contexto mundial muy complejo.


Las economías agrarias tradicionales, centradas sobre todo en el autoconsumo, se ven seriamente amenazadas, y tanto en el norte como en el sur, miles de trabajadores abandonan sus tierras y animales.


En el norte, desaparecen pequeñas explotaciones.


En el sur,( concretamente el las grandes explotaciones) los asalariados del campo perderán sus trabajos a cambio de un nivel de mecanización más elevado.






La crisis del crecimiento industrial:






Constituye la tercera causa de transformación del mundo rural, es decir, la que da lugar, en parte, a que se paralice el éxodo del mundo rural hacia el mundo urbano. La crisis del crecimiento industrial se inició en los años 60.


En la actualidad, la crisis industrial está obligando a muchos a retornar a sus lugares de origen. Es la decisión que parte de la creencia de que “el campo, si se trabaja, produce” y que se repiten a sí mismos, no sin razón. Es pues, el pensamiento de los nativos que regresan.






LA REVALIDACIÓN DE LOS ESPACIOS NATURALES:






Los espacios naturales han sufrido, de manera muy especial, las consecuencias de la despoblación, de tal forma, que mientras unas zonas se descomponen, desaparecen, otras, en cambio, emergen con nuevo dinamismo, intentando recomponer lo que en su momento fueron.






LOS TRANSPORTES MECÁNICOS:






Decimos, con certeza, que los transportes mecánicos han sustituido a los antiguos medios de transporte.


A lo ya expuesto, podríamos añadir la influencia que los medios de comunicación ejercen sobre la juventud rural, siempre inquieta. Los transportes mecánicos, pues, les permite desplazamientos con suma facilidad y en varias direcciones.










OTROS ASPECTOS A RESEÑAR:






A lo anteriormente expuesto, podríamos añadir la búsqueda de los espacios naturales como lugar de residencia. El hecho de que un pueblo rural sea elegido como lugar de residencia, puede tener un gran impacto, pudiéndose tratar de:


• Residencia permanente


• Residencia temporal o estacional.






En cuanto a la residencia permanente, suele tratarse de personas con alto nivel de ingresos, desvinculados laboralmente del lugar elegido, que huyen de la vida urbana y que difieren cultural, laboral y socialmente de los pobladores nativos.






En cuanto a la residencia temporal o estacional, puede tratarse de los pueblos turistas o de los pueblos indígenas.






LOS PUEBLOS TURISTAS son propios del Mediterráneo, tratándose de lugares que presentan una gran actividad, una gran...................................................................................................